Por: Elena Onecha
Enfermera Atención Primaria
Enfermera Atención Primaria
El reto fundamental de trabajar
con un o una adolescente es que nos encontramos ante un ser humano que se
enfrenta a retos y vivencias similares a los de la edad adulta y sin embargo no
cuenta todavía con el desarrollo psicosocial para enfrentarse a esas vivencias.
Al ser la adolescencia una etapa
puente entre la infancia y la edad adulta nuestro trabajo aquí resulta
esencial. Cuidar de las personas en esta etapa, puede ser fundamental a la hora
de que tomen decisiones que les afectaran el resto de su vida, adquieran
hábitos de vida saludable y terminen de desarrollar aspectos de su personalidad
determinantes.
Para ello una relación de
confianza y que la persona no se sienta juzgada es imprescindible. En el
momento en el que perdamos la confianza del adolescente será muy difícil que la
volvamos a recuperar, perdiendo la posibilidad de trabajar en una amplia variedad
de aspectos que son competencia de la enfermería comunitaria, y que se recogen
dentro del protocolo de “atención al adolescente”.
Este protocolo sigue una
valoración funcional enfermera, tratando asuntos tan importantes como dispares
que son: higiene personal, comportamientos de riesgo en seguridad vial, hábitos
alimentarios, actividad sedentaria, problemas de conducta e imagen corporal,
influencia de la opinión social, problemas de relación familiar y de amistad,
identidad sexual e incluso violencia de pareja.
No solo se basa en la información
y formación sobre métodos anticonceptivos, prevención de embarazo y enfermedades
de transmisión sexual y hábitos tóxicos.
Al tratar estos temas, la
enfermera se puede ver incómoda y pudorosa chocando con las preferencias,
valores o deseos de los familiares que ejercen la guarda y custodia del sujeto
así como de los nuestros propios. Esto es especialmente notorio si tenemos
hijos de la edad del paciente.
Por lo tanto debemos intentar no
mezclar nuestros valores ni juzgar al sujeto y dejar la puerta abierta a que
puedan hacer uso del sistema para garantizar su bienestar. Y así descubriremos
que el trabajo con adolescente es sumamente gratificante y enriquecedor.
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