¡OH NO! ¡UN ADOLESCENTE EN MI CONSULTA!

Por: Elena Onecha
Enfermera Atención Primaria

El reto fundamental de trabajar con un o una adolescente es que nos encontramos ante un ser humano que se enfrenta a retos y vivencias similares a los de la edad adulta y sin embargo no cuenta todavía con el desarrollo psicosocial para enfrentarse a esas vivencias.

Al ser la adolescencia una etapa puente entre la infancia y la edad adulta nuestro trabajo aquí resulta esencial. Cuidar de las personas en esta etapa, puede ser fundamental a la hora de que tomen decisiones que les afectaran el resto de su vida, adquieran hábitos de vida saludable y terminen de desarrollar aspectos de su personalidad determinantes.

Para ello una relación de confianza y que la persona no se sienta juzgada es imprescindible. En el momento en el que perdamos la confianza del adolescente será muy difícil que la volvamos a recuperar, perdiendo la posibilidad de trabajar en una amplia variedad de aspectos que son competencia de la enfermería comunitaria, y que se recogen dentro del protocolo de “atención al adolescente”.

Este protocolo sigue una valoración funcional enfermera, tratando asuntos tan importantes como dispares que son: higiene personal, comportamientos de riesgo en seguridad vial, hábitos alimentarios, actividad sedentaria, problemas de conducta e imagen corporal, influencia de la opinión social, problemas de relación familiar y de amistad, identidad sexual e incluso violencia de pareja.

No solo se basa en la información y formación sobre métodos anticonceptivos, prevención de embarazo y enfermedades de transmisión sexual y hábitos tóxicos.




Al tratar estos temas, la enfermera se puede ver incómoda y pudorosa chocando con las preferencias, valores o deseos de los familiares que ejercen la guarda y custodia del sujeto así como de los nuestros propios. Esto es especialmente notorio si tenemos hijos de la edad del paciente.

Por lo tanto debemos intentar no mezclar nuestros valores ni juzgar al sujeto y dejar la puerta abierta a que puedan hacer uso del sistema para garantizar su bienestar. Y así descubriremos que el trabajo con adolescente es sumamente gratificante y enriquecedor.




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